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Ya déjenla en paz.
Ya dejen de jugar con su salud.
Abandonen la idea de continuar azotándola.
Inmediatamente ilustren a los niños de como se la debe cuidar.
Suspendan los castigos que la destruyen, aunque existan intereses económicos de por medio.
Ya basta de torturarla y contaminarla impunemente.
Ya el tiempo se acaba.
Ya la pureza se está trocando en contaminación.
Ya no se puede dudar más.
Es inminente un giro en su tratamiento.
Hay que recapacitar ya.
O acaso no veis que La Tierra, poco a poco se está muriendo.
Jorge Horacio Richino.
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