domingo, 13 de julio de 2008

Definitivamente partió de este mundo.

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Partió de este mundo
y se fueron con él sus pensamientos,
conocimientos, y su intelecto.
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Dejó la problemática existencial
sin concretar un aporte valedero,
un pensamiento elevado,
una fórmula mágica.
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La humanidad sigue en quiebra,
el planeta está en manos de Satán,
la violencia y contaminación son imperios
y los Dioses del mal celebran sus últimas orgías.
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Todo está alterado.
Lo que alguna vez tuvo claro su mente,
continúa desquiciado, tal como entonces,
cuando intentaba encontrarle solución.
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De que sirvió pensar tanto;
leer, aprender, capacitarse.
Y todo para hallar la alquimia que transforme
esta turbulenta existencia en algo mejor.
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Ya pasó el momento,
ya se fueron con él sus conjeturas,
sus proyectos, sus locuras,
y su afan de descubrir algún remedio.
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Alguna panacea para este planeta loco y desquiciado
que no deja de hacer girar a la ruleta;
ignorando y no admitiendo que así
se desgrana poco a poco hacia un final inapelable.
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Se fue y en tanto, queda este escrito,
vaya a saber por cuanto tiempo.
Tiempo que acabará con otros que también
intentaron encontrar alguna fórmula.
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Se fue sin pena ni gloria
con un recuerdo, tal vez temporal,
de algún que otro ser ligado a su destino
y solo dejó a sus espaldas un inexistente camino.
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Autor: Jorge Horacio Richino.
Buenos Aires, 5 de julio de 2008.
Todos los derechos reservados.
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